lunes, 16 de agosto de 2010
21º CAMPAÑA DE SOLIDARIDAD COMPARTIR 2010
La Campaña "Compartir" es una acción solidaria de toda la Iglesia Católica Paeruana a través de la Conferencia Episcopal Peruana, se dirige a favor de las poblaciones más necesitadas del país. Fue creada por decisión de la 66º Asamblea General Ordinaria de los Obispos del Perú en el año 1990.
PRESENTACIÓN
La Campaña Compartir, organismo de la Conferencia Episcopal Peruana en este año 2010, quiere fortalecer en todo el Pueblo de Dios y en la sociedad en general, una profunda y seria reflexión y una mayor conciencia social sobre el valor y la dignidad de la vida humana, de toda vida humana sin excepción ni distinción alguna, desde su concepción hasta la muerte natural. Por ello el lema que propone la Campaña Compartir es: “Cuidemos la vida, ahora y siempre”.
En toda vida humana contemplamos la grandeza de Dios y el inmenso e inconmensurable DON de la vida. Nuestro Dios es un Dios que ama la vida y ama personalmente a cada uno de los seres humanos, creados por amor y llamados a acoger y vivir este amor. Dios nos ama gratuitamente, de manera fi el, permanente y defi nitiva; y en la plenitud de los tiempos envía a su Hijo, Jesucristo, para que todos los hombres tengan “vida y vida en abundancia” (cfr. Jn 10, 10), para que nadie se pierda. El nos enseña el camino, la verdad y nos conduce a la vida plena que es la comunión con el Padre y el Espíritu Santo.
Vivimos tiempos de grandes y múltiples amenazas a la vida humana, sobre todo a la más indefensas y frágiles de nuestra sociedad. Se viene perdiendo en la conciencia de muchas personas la realidad del pecado personal y social, así como de la responsabilidad que tiene todo ciudadano - sobre todo del cristiano - por construir una sociedad inclusiva, justa y fraterna.
Lo que antes se consideraba como contrario a la moral y a las buenas costumbres, hoy se exige como derecho e inclusive se pide que sea financiada con dinero del Estado. El aborto y la distribución de la píldora del día siguiente son ejemplos palpantes de esta realidad de menosprecio al Hombre y al Señorío de Dios. Nos sigue indignando y escandalizando el crecimiento de la prostitución y la explotación sexual en adolescentes, la delincuencia, alcoholismo y la drogadicción, las pandillas juveniles ya la violencia, los altos índices de maternidad en adolescentes y el aborto, la pobreza, el hambre, el desempleo y subempleo, entre otros nuevos“rostros de la pobreza” que nos exigen una respuesta desde el Evangelio de la Vida. “Todas estas cosas y otras semejantes son ciertamente oprobios que, al corromper la civilización humana, deshonran más a quienes los practican que a quienes padecen la injusticia y son totalmente contrarios al honor debido al Creador”. (EV n.3)
La Iglesia, fiel al mandamiento de Jesucristo, está presente en el mundo para anunciar el Evangelio de la Vida, que se opone radicalmente a esta realidad que hemos señalado.
Recientemente SS Benedicto XVI, en el Mensaje por la Paz del 2010 nos señalaba que: “En efecto, aunque es cierto que, a causa de la crueldad del hombre con el hombre, hay muchas amenazas a la paz y al auténtico desarrollo humano integral – guerras, confl ictos internacionales y regionales, atentados terroristas y violaciones de los derechos humanos -, no son menos preocupantes los peligros causados por el descuido, e incluso por el abuso que se hace de la tierra y de los bienes naturales que Dios nos ha dado. Por este motivo, es indispensable que la humanidad renueve y refuerce “esa alianza entre ser humano y medio ambiente que ha de ser reflejo del amor creador de Dios, del cual procedemos y hacia el cual caminamos”.
Buscamos e invitamos a todo creyente, comunidad parroquial e Iglesias locales animados por la Campaña Compartir 2010, una mayor presencia en el trabajo pastoral de discípulos misioneros que proclamen con nuevo vigor el Evangelio de Jesucristo; así como la Buena Nueva de la dignidad humana, de la vida, de la familia, del trabajo, de la ciencia y de la solidaridad con la creación. Nuestros esfuerzos y reflexiones deben partir de Jesucristo y ayudar al hombre a llegar a Él, en un continuo camino de discipulado y misión, de conversión y acción de Gracias.
Estos esfuerzos e iniciativas deben de buscar sensibilizar y comprometer tanto al Estado, la sociedad civil, el sector privado, entre otros, a sumar esfuerzos por construir la tan anhelada civilización del Amor.
Repetimos con toda la Iglesia Latinoamericana y del Caribe, que “Conocer y anunciar a Jesucristo por la fe es nuestro gozo; seguirlo es una gracia, y transmitir este tesoro a los demás en su encargo que el Señor, al llamarnos y elegirnos, nos ha confiado. Con los ojos iluminados por la luz de Jesucristo resucitado, podemos y queremos contemplar al mundo, a la historia, a nuestros pueblos de América Latina y de El Caribe, y a cada una de sus personas” (DA 18).
Que María, Madre de la Vida y de todos los Hombres, nos acompañe en nuestros esfuerzos por cuidar y proteger la vida y la dignidad de todos y cada uno de nuestros hermanos.
+ Mons. Lino Panizza Richero, OFM, Cap.
Obispo de Carabayllo
Secretario General de la Conferencia Episcopal Peruana
Presidente de la Campaña de Solidaridad Compartir
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